Poné play - Discurso de Perón 17 de octubre de 1945

martes, 31 de agosto de 2010

Soy un híbrido… Siempre fui así

Las cosas se pusieron diferentes desde ese mismo instante, muy bien recreado por Kubrick en 2001: Odisea del Espacio, donde aquel homínido comprendió que ese hueso que tenía en su mano no era algo más, sino una extensión de la misma, una herramienta.
En ese instante, en ese mismo instante, ese hueso dejó de ser sólo eso para cargarse de significado junto a ese homínido y este último junto con él.
Se hibridaron, se fusionaron, se construyeron en una nueva entidad inseparable que le permitiría seguir un largo camino que llevó, por qué no, a que les esté escribiendo esta nota y ustedes leyéndola.
Pocos dudan, en el presente, que el periodo de hominización posibilitó que diferentes especies vieran la luz, que muchas otras desaparecieran progresivamente, mientras que algunas otras siguieron un camino de evolución que entre otras cosas le habilitaría, y no digan que Darwin no nos advirtió, a leer el diario todas las mañanas y desayunar siempre el mismo café recalentado.
Pero más allá de que nos amemos, “a veces”, como especie… ¿qué lugar ocupa la antes citada taza de café en nuestras vidas? ¿Y el diario? ¿Y nuestra ropa?...
¿Es posible que nos podamos entender y leernos más allá de estos llamados “objetos”, entendidos estos últimos así desde una lógica cartesiana?
Desde una mirada modernista esto es imposible ya que el hombre es la medida de todas las cosas. Es decir, hace un par de siglos que la naturaleza es sólo un ente subalterno del hombre y que todo lo que nos rodea es porque nosotros estamos ahí para rotularlo, como si la vida no hubiese existido antes de nosotros y como si ésta no fuera a seguir, tras el después de este después llamado humanidad.
Pero, siempre existe un pero, y lo que era hasta ayer blanco, puede que tal vez al correrse un punto el sol resulte ser un tanto gris. Y lo que es aún peor, tal vez, el occidente moderno es sólo una pieza en un eterno rompecabezas del pensar y la forma de simbolizar y significar sea un acontecimiento eventual de época y pueda estar en transformación para nuestro espanto o nuestra orfandad y debamos tener que aprender a creernos fuera de la cima, segura siempre segura, de un Olimpo construido desde una mirada excluyente y europocéntrica.
De esta manera podríamos inferir que muchos de los significados podrían ser que cambiaran de significantes y viceversa.
Entonces… ¿será que Mac Gyver tenía razón desde la pantalla chica de los ochenta, y que un mapa no es un papel que tiene una representación cartográfica impresa que sirve para orientarme, sino la posibilidad de alcanzar llaves de puertas bien cerradas, una armadura contemporánea, un trineo de arena y todo lo que se nos ocurra?
¿Será que las cosas son no sólo porque nosotros las hacemos ser sino porque construyen en el día a día nuestro ser?
A decir verdad no sé, tengo más preguntas que respuestas. Lo que sí puedo decir es que no me puedo entender sin ropa, sin luz, sin gas ni agua potable por mucho tiempo y sin poder ir al supermercado y comprar cosas deshidratas que me permitan la magia de cocinar sin cocinar; y de escapar de los electrodomésticos (que si bien no es la muerte de nadie no tenerlos) me tienen muy enamorado porque me hacen la vida mucho más sencilla.
Bueno, qué va a hacer, para qué negarlo al verme tan dependiente o mejor dicho tan amalgamado a estos otros, que algunos teóricos llaman no humanos, no puedo dejar de verme parafraseando a Fito Paéz en su tema soy un Hippy y cantar: “soy un híbrido, siempre fui así, no me tomen tan en serio solo dejo que ocurra”