Poné play - Discurso de Perón 17 de octubre de 1945

sábado, 11 de julio de 2009

HONDURAS por Pedro Brieger

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El golpe y su narrativa

En la década de los sesenta y setenta uno estaba acostumbrado a que los golpes de Estado estuvieran encarnados por la imagen sombría y amenazante de un militar. La figura de Pinochet sentado de brazos cruzados, con anteojos negros y con cara de odio simbolizó mejor que nadie la larga noche de las dictaduras latinoamericanas. Los golpistas que destituyeron a Hugo Chávez en 2002 y los que acaban de realizar un golpe en Honduras son diferentes. Dejan rápidamente en un segundo plano a los militares para explicarle al mundo que no ha habido una ruptura institucional sino todo lo contrario, una continuidad que intenta restaurar el respeto de la ley. La imagen y las formas no son un detalle menor. Por eso, después de poner al presidente Manuel Zelaya en un avión y expulsarlo a Costa Rica el domingo 28 de junio, se apresuraron a convocar una sesión del Parlamento para debatir qué hacer. En la cámara leyeron una supuesta carta de renuncia del presidente Manuel Zelaya (sin decir públicamente que estaba fechada el día jueves) y en 20 segundos le aprobaron la “renuncia”. Insólitamente, unos minutos después lo destituyeron por unanimidad de los presentes. De allí en más construyeron un relato centrado en todas las violaciones a la constitución que habría incurrido Zelaya y su manejo incompetente al frente del país que incluía incluso el descuido de problemas sustanciales como la gripe AHINI. Para ratificar su vocación democrática sumaron a varios funcionarios y diplomáticos de la gestión Zelaya que reconocían la legitimidad del nuevo “Presidente”, Roberto Micheletti. El Defensor del Pueblo, Ramón Custodio López, se sumó al coro asegurando que no había “ningún golpe de Estado” ni abusos a los derechos humanos.
A
A pesar del repudio de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos su discurso se sostiene en la legalidad y por eso dicen que van a respetar el cronograma electoral de noviembre según lo previsto. Dicen que no son golpistas y que pretenden que se cumpla la ley que habría violado Zelaya. La táctica no es nueva. Los opositores a Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales utilizan el mismo método. Si triunfan en Honduras no nos extrañemos que surjan otros que intenten imitarlos

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