
En los EEUU esta caricatura dio lugar a una serie de movimientos, que terminaron con el pedido de disculpas de la prestigiosa revista The New Yorker. El estado y la sociedad misma entendieron que la caricatura ofendía la figura del principal candidato demócrata. TODOS SE ENCOLUMNAN DETRÁS DEL AGRAVIADO.
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La presidenta se siente ofendida por la siguiente caricatura de Sabat. La misma da cuenta que ella esta amordazada y que es un títere de su marido y ex presidente (lo mismo que decían de Kichner cuando Mariano Grondona lo acusaba de ser el Cámpora de Duhalde). TODO EL PROGRESISMO ENVISTE CONTRA LA FIGURA PRESIDENCIAL Y GRITAN A VIVA VOZ QUE SE ESTÁ ATACANDO LA LIBRE EXPRESIÓN DE UN ARTISTA.
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