Poné play - Discurso de Perón 17 de octubre de 1945

jueves, 7 de agosto de 2008

HAGAMOS HISTORIA

PRECOLOMBINA.
La caída de los Imperios

Introducción
Si hablamos de grandes imperios prehispanos (Incas y Aztecas 1200 – 1521), hablamos de grandes enclaves políticos, socio – económicos, culturales y militares. Entonces:
¿Cómo podemos entender que estos gigantes cayeran con tanta facilidad ante el aparato invasor español?

Desarrollo
Para comprender la realidad de los aparatos imperiales que se dieron lugar en América a partir del 1200, y su rápida y abrupta caída, es necesario entender al mundo prehispano como un proceso en formación constante, con continuidades y discontinuidades en diversos aspectos. Entonces, se nos hará necesario utilizar un criterio de periodización, como el propuesto por Ramón Pinachón en la década de los ´50 que divide, para un mejor abordaje, al mundo Americano Precolombino en Preclásico, Clásico y Posclásico. Es decir antes de..., durante..., después de...
Si tomamos que la caída en mano de la égida del español fue durante el “después de”, sería necesario para comprender alguno de los tantos por qué, meternos en el “durante” y poder establecer así, las diferencias con el antes mencionado, que favorecieron su abrupta caída.
Será en la etapa tardía de la etapa Preclásica donde, tras el ocaso del mundo Olmeca, algunos centros de poder regionales pasarán a ser centros rectores de un conjunto de aldeas que tendrán diferentes jerarquizaciones. Esto traerá aparejado un conjunto de conflictos y tensiones que van a producirse por el dominio de las rutas de intercambios y ciertos controles políticos precarios.
Estos conjuntos de aldeas serán complejos arquitectónicos con plazas y basamentos que marca la complejización del centro comercial urbano como centro también de peregrinaje ceremonial. Lo que dará un quiebre fundamental en el desarrollo de las culturas Prehispánicas.
Será la era de un nuevo desarrollo, el desarrollo de Teotihuacán. Ésta con su pirámide del sol como construcción ceremonial temprana, con el control de las minas de Occidiana, las rutas de intercambio y la escritura establecida y afianzada (Vera Cruz; Chiapas; Guatemala), comenzará un nuevo y largo recorrido. Comenzará en este enclave la diferenciación del campo y la ciudad, siendo esta última la productora de bienes manufacturados y de bienes de servicio, dejando al campo el deber de proporcionar los frutos que da la tierra.
Este último momento del Preclásico puede ser datado en forma absoluta y no relativa debido a la aparición en la zona Maya de “La cuenta larga”, la cual no sólo nos permitirá fechar esta subetapa, sino posibilitará la cronología del Clásico.
En esta etapa comenzará a marcarse la relación y la manifestación de los enclaves regionales dando lugar a las cuatros unidades geográficas destacadas de la época como serán: El Valle de Morelo hacia el sur en tierras cálidas; El Valle del Pueblo de Tlaxcala hacia el oriente; La Cuenca de México en la cuenca central y del Valle de Toluca en el occidente. Este complejo de valles, salvo el de Morelo (2000 mts. sobre el nivel del mar), conformarán un espacio fluvial y lacustre, siendo la Cuenca de México la que tomará un rol protagónico relacionada con su extensión y riqueza debido a sus buenas temperaturas, suelos con niveles friáticos altos e incluso la abundancia de pesca, caza y recolección que había permitido el sedentarismo antes de la agricultura.
Este período permitirá un creciente aumento de la población. Intensificación de las técnicas agrícolas (terrazas y canalización) a pesar de depender mayoritariamente de las lluvias centrales.
La zona central dejará de ser un grupo de aldeas independientes para convertirse en fuertes enclaves que coordinarán y jerarquizarán (Cuicuilco – Teotihuacán). Se acentuarán los intercambios entre el centro y la zona del golfo.
Se presentarán grandes transformaciones que llevarán a Cuicuilco a aumentar en su población, desarrollar un basto emplazamiento arquitectónico (pirámide cortada) y la conformación dentro de ésta de una elite política regidora de una gran extensión rural. Este gran movimiento dará lugar a nexos entre los cazadores, recolectores y agricultores que avanzarán sobre diferentes terrenos mediante la conformación de alianzas. Alianzas que se envestirán como fuerzas de choque para la conquista que llegará hasta las puertas de Teotihuacán y que pronto desaparecerán y perecerán bajo las fuerzas de la naturaleza (erupción del volcán).
Tras la desaparición de Cuicuilco entrarán en apogeo Monte Albán y la primera gran urbe Teotihuacán.
Esta época al comienzo del clásico se comenzarán a destacar tres grandes zonas como serán: la Maya, la de Tiahujaca y el valle de México. Esta será una época de gran esplendor. Conformado por sociedades teocrática, pacifista que mantendrán la cohesión social mediante el intercambio comercial.
Este gran apogeo comenzará a resquebrajarse a partir del 650 d.C. a raíz de un colapso de clases que llevarán a la destrucción, caída abrupta y abandono de Teotihuacán. No pasando lo mismo con Tiahujaca que seguirá hasta el final de este período.
El declive de Teotihuacán es producido debido a su incapacidad de poder mantener las rutas de intercambio y su enclave hegemónico como centro político rector. Es decir pierde su hegemonía de cinco siglos, dando lugar a un espacio donde ningún centro ocupará nunca más el poder durante tan largo tiempo.
La población de Teotihuacán cae en forma estrepitosa siendo los incendios los actores protagonistas en el gran centro cívico ceremonial de la ciudad.
El colapso de la gran urbe si bien es muy difícil de determinar se la puede entender como un proceso interrelacionado de problemas políticos, económicos y comerciales los cuales afectaron la vida social. Estos elementos presionaron no sólo los estratos sociales sino los diferentes centros y su periferia.
La economía de Teotihuacán se mantenía con el campo, los servicios, los comercios y los tributos como pilares de su organización. Los productos suntuarios se manejaban y se intercambiaban entre las clases altas pero con una fuerte concentración en el poder estatal. Esto lo podemos determinar a partir de grandes talleres que trabajaban la piedra (400/500 d.C.), los productos manufacturados alimentaban el intercambio. La presencia de talleres determinaba una gran cantidad de gente especializada. Es decir una organización en el mundo del trabajo. Y de un monopolio del manejo de las fuentes de aprovisionamiento de occidiana (Pachuca y de Otumba).
La depresión económica la podemos llegar a rastrear a partir de la pérdida de las fuentes de materia prima lo que produjo un rápido desabastecimiento en los talleres de especialistas. Estos últimos ante una incipiente desocupación comienzan a emigrar., dejando sus talleres y la ciudad lo que permite en poco tiempo frenar las redes de intercambio y la posibilidad de importar gran cantidad de productos necesarios para el desarrollo diario de la gran urbe.
Con la crisis definida muchos de los actores se verán en la obligación de reformular sus técnicas de supervivencia. Y encontrarán una salida rápida a sus problemas coyunturales al desplazarse a Tula, nuevo regidor de las minas de occidiana, quien comenzada dar muestras claras de ascenso que se coronará allá por el 900 d.C.
Pero tomar el desabastecimiento de la ciudad como eje único del conflicto seria monotematizar una multicomplejidad de situaciones.
Las etnias que conformaban la ciudad comenzarán a trabarse tempranamente en conflictos por el vacío de poder que llega a claras de un estado debilitado. Estado que con la crisis económica no puede manejar el creciente e incipiente problema que produce la continúa rebelión fiscal a la tributación por parte de las tribus lo que dará por resultado final un irremontable declive social.
Esta situación de constante efervescencia y desestabilización de las instituciones urbanas producirán una masiva migración de los agricultores como lo hicieran los artesanos con anterioridad.
Estos conflictos en cadena correrán por todos los centros que manejaba Teotihuacán. Por ejemplo Caminaltuyo decidirá librarse del control central y junto a otros enclaves atacarán de lleno las redes o vínculos de intercambio. Este fenómeno de desarticulación no se producirá en los centros de intercambio los cuales no dominaba la gran ciudad. La pérdida de estos enclaves socio – políticos llevará a problemas internos que terminará con un revuelta contra las autoridades.
La gran revuelta o la rebelión de los grupos rurales, así llamada por diversos autores, se produce por el peso de los excesivos tributos y las contradicciones entre campo y ciudad que se unen al fenómeno del crecimiento de otros centros que salen a competir y disputar la monopolización del poder (Cholula).
La pérdida de controles sobre las rutas comerciales afectará también los movimientos de peregrinación a la gran ciudad templo. De esta manera la religión como papel integrador, como cohesionador social quedará excluido al verse imposibilitado de cumplir sus funciones.
Sumado a todos los problemas la descomposición ecológica, mediante la manifestación en malas cosechas y una suba excesiva de la población, producirá una manifestación abierta del pueblo hacia los sacerdotes para que éstos al no poder arbitrar en los conflictos sociales puedan, en su carácter divino, intervenir con el más allá. Es decir, la crisis comercial da lugar a la crisis política, ambas sumadas dan lugar a la crisis agrícola, pariendo así la crisis religiosa explotando en una gran crisis social.
Ante tanto desorden, el crecimiento del orden militar se hace manifiesto, como también la posición de estos al orden sacerdotal. Empieza la puja por la supremacía política. Es evidente el proceso de secularización.
Ante las presiones internas no se hacen esperar las presiones externas. Los chichimecas en su carácter de etnia predatoria comienzan oleadas sucesivas de invasión que debilitan y favorecen aún más las posibilidades de atomización creciente.
Los centros emergentes que satélites de Teotihuacan se independizan finalmente mediante un proceso político propio que apoyados en lo militar se apropian de todas las rutas comerciales.
Al finalizar la etapa Clásica nos encontramos con un Teotihuacan desarticulado y con la pérdida irremediable del brillo de antaño, y a un grupo de ciudades emergentes que no podrán hegemonizar el poder político tras la caída de Teotihuacan. Saldo el caso de Tula, que lo hará con el tiempo.
La caída del gigante sumada a la del mundo Maya llevará a una recomposición del mundo Mesoamericano.
Las ciudades emergentes vivirán en una constante competencia y en un clima de constante belicosidad. Los grupos predatorios se reproducirán por el espacio. Las alianzas y contralianzas darán lugar a alianzas pluriétnicas las cuales desaparecerán y se reformularán constantemente. La militarización de la etapa seguirá llevando adelante el proceso de secularización. Todo esto sumado permitirá la conformación del espacio donde florecerán las culturas imperialistas que pelearán sus espacios no solo con alianzas y contralianzas con las distintas etnias, sino que con un nuevo enemigo... El Hombre Blanco.

Conclusión
En el marco planteado y tomando el “antes de”, “durante” y “después de” Ramón Pinachón, podemos aventurar que la época de oro del mundo prehispánico fue durante la etapa Clásica, etapa signada por los grandes enclaves regionales (Teotihuacán, Monte Albán, etc.) que fue gobernada por un grupo sacerdotal el cual mantenía la hegemonía y la cohesión social mediante la religión y el intercambio comercial. Etapa que verá perder su brillo y sucumbirá ante una nueva era, la era de los aparatos militares donde la cohesión se mantendrá mediante la fuerza, el sometimiento, la tributación y las alianzas y contralianzas entre fuertes enclaves militares. Enclaves militares que ante un nuevo enemigo con mayor tecnología para la guerra, con diferentes códigos y con una capacidad notable para negociar nuevas alianzas con las etnias sometidas y enemigas, no tardará gran cantidad de años en caer en manos del este, dejándose librados a una nueva era política, social, cultural, económica y militar.

Bibliografía
· Tainter, Joseph A., The Collapse of Complex Societies. Cambridge University Press, Cambridge, 1988.
· Nigel Davier, Los antiguos reinos de México, F.C.E. México, 1995. Cap.: “El mundo de Teotihuacan”.
· Bernard Carmen (comp), Descubrimiento, conquista y colonización de América a quinientos años, México, F.C.E., 1994. Cap.: “Los modelos cambiantes de la diversidad y unidad de Mesoamérica: centralismo y regionalismo”. (Miller A,G.).
· Manzanilla L., Historia antigua de México, El horizonte clásico, México, J.N.A.H., 1990. Cap.: “La zona del Altiplano central en el Clásico”.
· Millón René, Teotihuacán como centro de transformación.

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